martes, 3 de mayo de 2011

El Clásico más caliente de la historia..

No me esperaba todo esto y sí, estoy deseando que se acabe". Así resume el técnico del Barça lo duros que le han resultado estos 18 días del Rally de Clásicos en los que la rivalidad entre eternos rivales ha dado paso a una guerra abierta entre Barcelona y Real Madrid hasta el punto de que se ha hablado más de árbitros, teatro, trampas y denuncias ante la UEFA que de fútbol. "El partido ha pasado a segundo plano", se atrevió a decir Karanka en la víspera del partido que da el billete para la final de la Champions. Todo comenzó el 29 de noviembre en el Camp Nou. El histórico 5-0 del Barça al 'Mou Team' acabó en una gran celebración con la manita como gran protagonista que no gustó al vestuario blanco. El rifirrafe Cristiano-Guardiola o la tángana final en la expulsión de Sergio Ramos fueron sólo algunos de los feos detalles que encendieron la mecha. Picados en su orgullo, los blancos prometieron venganza y el calendario propició que los dos mejores equipos del fútbol europeo se tuvieran que ver las caras en cuatro ocasiones en sólo 18 días.
El panorama se calentó con una campaña publicitaria con jugadores del Barça recordando la manita y algunos mensajes de Mourinho previniendo ante los arbitrajes que estaban por llegar: "Para jugar ante el Barça, tengo que ensayar con 10". El Clásico de Liga dio el pistoletazo de salida el 16 de abril. Poco fútbol, muchos piques, una buena ración de polémica: dos penaltis y otra vez el Madrid acabó con 10 por la justa expulsión de Albiol en un partido en el que Messi lanzó un pelotazo a la grada. Pero lo peor estuvo en el túnel de vestuarios, con Piqué mandando un mensaje a los "españolitos" madridistas: "Vamos a ganar la Copa de vuestro Rey".









El ambiente se enturbió y mucho. La final de Copa en Mestalla se convirtió en una guerra de guerrillas, con los jugadores de La Roja de uno y otro equipo en el centro de todas las polémicas. Ganó el Madrid con un gol de Cristiano en la prórroga y los blancos celebraron el fin de la hegemonía azulgrana: "¿Qué hegemonía?", se preguntó Mourinho. "El Barcelona sólo es campeón de España. La Champions la ganó el Inter", prosiguió el portugués.
El tercer capítulo a la semana siguiente ayudó a prender la mecha. Guardiola cambió su discurso, pasó al ataque, criticó también a los árbitros -en este caso por el gol de Pedro bien anulado en la final de Copa- y Mourinho le colocó en el club de los entrenadores que "se quejan de los aciertos arbitrales", lo que encendió a Pep: "Jose es el puto amo en esta gala y le regalo su Champions. A las 20:45 nos vemos en el campo", retó al portugués.
Dicho y hecho. El Barça ganó la ida de las semifinales de Champions con un doblete de Leo Messi justo después de que Wolgfang Stark expulsase a Pepe de manera injusta. Mourinho, que también vio la roja, explotó, cargó contra la UEFA y los arbitrajes favorables al Barça y puso en duda la limpieza de la competición: "Me daría vergüenza ganar las Champions como Guardiola". Era lo que faltaba. El Barça denunció ante la UEFA a Mourinho, el Madrid contraatacó acusando a Pedro, Busquets y Alves de "teatreros" y el lío de los vídeos de uno y otro lado. Y todo el mundo preguntándose si Barça y Real Madrid han dado el mejor ejemplo al planeta fútbol. La respuesta es evidente.




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